¿Por qué es blanca la espuma del jabón de color?


Creemos que esta pregunta no es rigurosamente correcta. Lo primero que se nos ocurre averiguar es la composición de la espuma de ese jabón, y descubrimos enseguida que, a semejanza de la espuma ordinaria, está compuesta de burbujas de aire. El jabón le sirve solamente para hacer el agua más pegajosa, por decirlo así, con lo que se obtienen burbujas tales que se adhieren las unas a las otras y duran mucho más tiempo. Si el jabón es amarillo antes de disolverse, lo sigue siendo después, y se observa con frecuencia que la espuma de un jabón de color vivo tiene un débil matiz de igual color. La pregunta ha debido, pues, formularse en estos términos: ¿Por qué tiene la espuma del jabón coloreado un matiz tan débil de igual color que casi parece blanca? Estudiando las burbujas de jabón, en general, encontramos al punto la respuesta a esta pregunta. La película de agua y jabón que forma la burbuja es extremadamente fina, y, como es natural, la cantidad de jabón y materia colorante que contiene en sus paredes es escasísima, y éste es el motivo de que nos parezcan casi blancas. Una sola célula “roja” de la sangre tiene un color amarillo muy tenue; pero, cuando contemplamos millones de ellas juntas, las vemos de color rojo subido. Lo mismo ocurre con otras muchas cosas. Cuando la luz pasa por una capa muy poco espesa de cualquier sustancia coloreada, o simplemente se refleja en ella, su color es muy débil y apagado. La luz blanca sufre sólo un ligero cambio.