¿Por qué la luz no puede dar vuelta una esquina?


Hay varios modos de obligar a la luz a dar la vuelta a una esquina; pero es indudable, y esto constituye uno de los hechos más importantes relativos a la luz, que ésta camina siempre en línea recta. Lo cual no quiere decir que la luz de una lámpara se propague en una sola dirección; lo hace, por el contrario, en línea recta en todas direcciones, y, desde el momento que es una propiedad inherente a la luz el caminar en línea recta, claro está que por sí misma no puede dar la vuelta a una esquina.

Pero, afortunadamente, existen muchos medios de obligar a la luz a dar la vuelta a una esquina, porque de muchas maneras puede hacerse cambiar de dirección a los rayos de la luz. Con la ayuda de un espejo o de cualquier superficie que refleje la luz se puede conseguir que ésta dé la vuelta a una esquina, o a varias, con tal que en cada una de ellas se coloque un nuevo reflector. De un modo semejante podría conseguirse también que un proyectil diese la vuelta a una esquina en ángulo recto.

También se podrá obtener este efecto, por lo que respecta a la luz, por medio de lo que se llama su refracción, la cual no es otra cosa que el desvío o inflexión que experimentan los rayos de luz al pasar de un medio a otro más o menos denso, como del aire al agua o del aire al cristal, o viceversa, por lo que parece como si se quebrase el rayo luminoso.