¿Qué precauciones deben tomar los aviadores para ver de noche?


El ojo humano debe considerarse como un órgano de doble función, una adaptada para la visión diurna y otra para la nocturna. Durante el día vemos los detalles y el color de los objetos en un punto situado en el centro de la retina, reconocible como una pequeña depresión llamada fóvea, llena de células denominadas conos por tener esa forma. Cuando miramos un objeto, tratamos, por un ajuste inconsciente, de que su imagen se forme en ese punto. Pero durante la noche la fóvea es incapaz de ver, y en cambio lo hace el resto de la retina, formada por células llamadas bastones por su semejanza con éstos. Esta retina periférica permite ver de noche los objetos de tono más o menos grisáceo, su forma y movimiento. Una persona puede tener buena visión diurna y mala nocturna, o viceversa.

La visión nocturna con los bastones mejora notablemente a medida que permanecemos en la oscuridad, y alcanza su plenitud a los 20 ó 30 minutos de estar en ella. Por lo tanto, un aviador, antes de partir de noche, debe permanecer ese tiempo en un lugar oscuro, o de lo contrario usar gafas rojas, que dan igual resultado. Se comprende también que, una vez adaptado a la oscuridad, no deba mirar ninguna luz que no sea roja y débil, pues perdería de inmediato esa adaptación. Por esta razón es muy importante que el tablero de control no sea muy luminoso.

También es bueno saber que la visión nocturna depende, en gran parte, de la cantidad de vitamina A y de riboflavina ingeridas por el individuo.