¿Por qué una botella llena de agua caliente conserva su calor mucho más tiempo que otra medio llena?


La respuesta es muy sencilla: la botella que está llena contiene, como es natural, mayor cantidad de calor que la otra. El agua es un admirable almacén de calor. Los diferentes cuerpos necesitan diversas cantidades de calor para que su temperatura se eleve al mismo grado, aunque a primera vista nos parezca muy raro. Si tomamos cierta cantidad de agua, a una temperatura determinada, y otra cantidad igual de otra sustancia cualquiera, y elevamos cinco grados, por ejemplo, la temperatura de ambas, veremos que el agua necesita absorber para ello una cantidad de calor mucho mayor que el otro cuerpo; y así como se tarda más tiempo en calentar el agua que cualquiera otra sustancia, por almacenar más calor, así también tarda en enfriarse más que otro cuerpo, porque tiene más calor que perder; y claro está que cuanto mayor sea la cantidad de agua, más importante será la de calor que encierre.

Pero debemos recordar, además, que cuanto mayor sea la masa de un objeto, más tiempo tardará en enfriarse. Los cuerpos se enfrían por su superficie; sus partes interiores se prestan calor mutuamente; y se comprende que cuanto menor sea la masa de un objeto, más rápidamente se enfriará. Así pues, lo que ocurre con las dos botellas de agua caliente, la diferente rapidez con que Marte, la Tierra y la Luna se enfrían, y el hecho de que a un niño pequeño haya necesidad de abrigarlo más que a un hombre, se explican por la misma ley.