¿A dónde va a parar el agua de la lluvia?


Muchas cosas le ocurren al agua de lluvia que penetra en la tierra, y ellas dependen principalmente de la naturaleza del terreno de cada lugar. Gran cantidad de lluvia permanece a escasa profundidad del terreno en que cae. Si no fuese por esta agua, no podría existir la vida vegetal. Pero en los lugares en que la tierra absorbe cierta cantidad de lluvia, podemos tener la seguridad de encontrar plantas de varias clases, que aprovechan buena porción de esta agua por sus raíces, y la exhalan después a la atmósfera. El suelo contiene también numerosas especies de seres vivientes, además de las plantas verdes, tales como diversos géneros de animales, gusanos, insectos e innumerables microbios, todos los cuales utilizan para la conservación de sus vidas el agua que la lluvia derrama periódicamente sobre las distintas regiones de la Tierra.

Pero hay otra gran cantidad de lluvia que no es consumida en ninguno de estos usos. Mucha parte de ella vuelve otra vez a la atmósfera en forma de vapor de agua, cuando el Sol sale y calienta la tierra, después que cesa de llover. Otra porción se sigue filtrando lentamente a través de la tierra, hasta que encuentra una capa de alguna sustancia que no puede atravesar. Resbalando por esta capa, puede ir a buscar un nivel más bajo, de donde es posible que brote de la superficie de la tierra en forma de manantial. A la larga, casi toda el agua que no es absorbida por los seres vivientes, o devuelta a la atmósfera, va a parar a los arroyos o ríos, y por ellos llega al mar, donde el Sol la evapora de nuevo para seguir su ciclo interminable.