LA PESCA INESPERADA - Dr Jost


Una trabazón secreta y justiciera encadena los acontecimientos humanos, disponiendo que toda buena acción tenga tarde o temprano su recompensa. Este pensamiento aparece ingeniosamente expuesto en la fábula siguiente, del Dr. Jost.

-Cuidad de hacer el bien: nadie de hacerlo
Se olvide.-En donde no se aguarda,
Otorga Dios la recompensa justa.
¡Qué goce siente al ejercerlo el alma!

Un pobre pescador, cuya familia
Vivía a su miseria resignada,
Cierta vez, al sacar del mar sus redes,
Notó que como nunca le pesaban.
¡Bravo! se dijo, mi negocio es hecho;
Mis pequeñuelos comerán mañana.
Alegre al punto examinó su pesca...
El infeliz ¡oh cielo! entonces halla
Que del profundo mar sacó un cadáver.
En vez de abandonarle, echando al agua
Sus redes otra vez, díjose luego:
¡Qué aventura! ¡Gran Dios, espanto causa!
Por mí el difunto sepultura tenga:
Más tranquila ha de estar así su alma.
En cuanto a mí, ¡paciencia! ¿qué le haremos?
Por completo he perdido mi jornada.
Entonces, conmovido, aquel cadáver
Con cristiano respeto al fin levanta
Y al apartado cerro le conduce
A donde el mar sus olas nunca alza.
Allí después en tierra deposita,
Rendido ya, su fatigosa carga,
Y rogando al Señor por los difuntos,
Con voz sincera, con la voz del alma,
A cavar comenzó la humilde fosa
En que aquellos despojos se encerraran;
Y al ahondar en la tierra, de repente,
Un tesoro a su vista se depara.