MI VIDA EN LA ALDEA - Juan Meléndez Valdés


Juan Meléndez Valdés (1754-1817), poeta español que sobresalió en la anacreóntica y en el romance pastoril, y que compuso obras poéticas do varios géneros, notables por su corrección y buen gusto, canta aquí las delicias de la vida sencilla y despreocupada, en una pobre aldea.

Cuando a mi pobre aldea
Feliz escapar puedo,
Las penas y el bullicio
De la ciudad huyendo,

Alegre me parece
Que soy un hombre nuevo:
Y entonces solo vivo,
Y entonces solo pienso.

Las horas que insufribles
Allí me vuelve el tedio,
Aquí sobre mí vagan
Con perezoso vuelo;

Las noches que allá ocupan
La ociosidad y el juego,
Acá los dulces libros,
Y el descuidado sueño.

Despierto con el alba.
Trocando el muelle lecho
Por su vital ambiente,
Que me dilata el seno.

Me agrada de arreboles
Tocado ver el cielo,
Cuando a ostentar empieza
Su clara lumbre Febo.

Me agrada cuando brillan
Sobre el cenit sus fuegos,
Perderme entre las sombras
Del bosque más espeso.

Si lánguido se esconde,
Sus últimos reflejos
Ir del monte en la cima
Solícito siguiendo;

O si la noche tiende
Su manto de luceros,
Medir sus direcciones
Con ojos más atentos:

Volviéndome a mis libros,
Do atónito contemplo
La ley que portentosa
Gobierna el universo.

Desde ellos y la cumbre
De tantos pensamientos
Desciendo de mis gentes
Al rústico comercio;

Y con ellos tomando
En sus chanzas y empeños
La parte que me dejan,
Gozoso devaneo.

El uno de las mieses,
El otro del viñedo
Me informan, y me añaden
Las fábulas del pueblo.

Pondero sus consejos,
Recojo sus proverbios,
Sus dudas y disputas
Cual arbitro sentencio.

Mis votos se celebran,
Todos hablan a un tiempo,
La igualdad inocente
Ríe en todos los pechos.

Llega luego el criado
Con el cántaro lleno,
Y la alegre muchacha
Con castañas y quesos;

Y todo lo coronan
En fraternal contento
Las tazas que se cruzan
Del vino más añejo.

Así mis faustos días,
De paz y dicha llenos,
Al gusto que los mide 
Semejan un momento.