LA CAMPANA DE LA VIDA - Guillermo II de Alemania


Entre las variadas aptitudes y talentos del ex-emperador de Alemania, Guillermo II (1859-1941), contábase la afición al cultivo de la poesía lírica. La composición que sigue es obra suya.

 

I
De los montes en las cumbres
Encrespadas,
Se alzan torres polvorientas,
Se alzan torres solitarias.
Donde viven silenciosas
Las campanas,
Las campanas que, colgando
Como flores agostadas,
Nunca, nunca se movieron
En sus viejas atalayas
Con el empuje robusto
Que presta la estirpe humana.

Mudas, silenciosas, cuelgan
En las noches argentadas,
Y bajo cielos serenos
Y en la calma
De las apacibles horas
Llenas de dulce bonanza.

Mas cuando el cielo se nubla,
Cuando braman
Los furiosos vendavales.
Cuando la tormenta estalla,
Cuando el trueno tabletea
Y el horizonte se inflama.
En las cumbres de los montes,
En las torres solitarias,
Empujadas por el viento
Suenan tristes las campanas,
Y hallan eco sus gemidos
En el valle y la montaña.

II
Dios, con bondad infinita,
Dulce y santa.
En todos los corazones
Puso siempre una campana.
Y en esas horas felices.
Sosegadas,
En que la vida se alegra
Como la risa del alba.
La campana no se agita
Y está muda la campana.

Mas cuando sopla iracundo
El viento de la desgracia,
Cuando la angustia opresora
Rompe en tormenta de lágrimas,
También en los corazones.
Igual que en las atalayas.
Llora triste, llora triste
La campana.
Y ante la muerte que llega,
Y ante la mustia esperanza,
Todas las manos se juntan,
Y a impulsos de nobles ansias
Todos doblan las rodillas,
Todos alzan las miradas,
Y al entreabrirse los labios
Sedientos de paz y calma,
Vibra la campana triste:
¡La plegaria!