EL PAJARO SOLITARIO - Jacobo Leopardi


La sobriedad, el vigor y la maravillosa perfección clásica de sus versos, hacen de Jacobo Leopardi uno de los más grandes poetas de los tiempos modernos. Toda su producción poética respira profunda melancolía, reflejo de sus desdichas físicas y de sus angustias mentales, y en esta composición canta la dolorosa misantropía que lo atormentó permanentemente.

Desde la cumbre de la torre antigua,
Pájaro solitario, al hondo valle
Vuelas cantando hasta que muere el día.
Vaga por esos campos la armonía;
La primavera, en torno.
Brilla en la luz y en las praderas ríe
Y hasta en lo interno del vivir penetra.
Oigo greyes balar, mugir los toros;
Todas las aves en alegres coros
Graciosas giran en abiertos cielos
Y ensalzan la estación de sus amores:
Tú, indiferente a todas partes miras,
Ni amigos tienes ni volar deseas
Ni, extraño a la alegría, te recreas:
¡Cantas, y así cantando
Pierdes la flor de la lozana vida!

¡Oh, cuánto es parecida
Tu vida inútil a mi triste vida!
Familia dulce de la edad futura
-¡Oh hermano en juventud!- y los amores
(Suspiro acerbo de provectos días)
Yo, como tú, rehuyo,
Solo y mofado de la gente.
Ahora, Casi eremita, extraño
Aun en mi hogar nativo,
Paso de mi vivir la primavera.
Deja las casas, a la plaza acude,
Y enamorada se solaza y ríe.
Yo, solitario, en esta
Remota parte de los campos huyo,
Juegos amables de otra edad esquivo
Y extiendo la mirada
Por donde el sol, tras de lejanos montes
Y al fin del claro día
Desvanecido, en apariencia advierte
Que la dorada juventud se extingue

Tú. solitario pájaro, en la tarde
De la vida, al fulgor de las estrellas,
No has de quejarte, no, que la natura
Determinó el afán de vuestra vida.
Mas yo, si a los umbrales
De la odiada vejez llegar no evito,
Cuando en la nueva conmoción convierta
Mi vista en torno y afanoso mire
Vacío el mundo, el venidero tiempo
No menos que el presente desdichado,
Aqueste día que a la noche cede
Festeja la comarca.
Distiéndese el sonido de la esquila
Por el aire sereno; broncas cañas
Oigo sonar desde un confín al otro;
La juventud alegre de la aldea,
Con sus trajes mejores,
¿Qué será de mi estado?
¿Qué de mi triste edad?
¿Qué de mí mismo?
Arrepentido vuelva
Tal vez a lo finido el pensamiento
Desconsolado siempre.


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