ARMONÍA - Amado Nervo


La razón humana es débil y limitada: no puede comprender plenamente !os designios de Dios, y se equivoca al juzgar las obras divinas. Por tanto, Amado Nervo, distinguido poeta mexicano (1870-1619), aconseja que suspenda el hombre todo juicio acerca de Ja incomprensible acción del Supremo Ordenador de todo lo creado; que le adore, y acate su voluntad, la cual se nos mostrará en toda su incomparable sabiduría. “cuando lleguemos al vórtice del ángulo final.”

Así como nos muestra sólo una faz la luna.
De la propia manera no vemos más que una
Sola faz de las cosas, como pensó el poeta;
La otra está en la sombra... Y por ser incompleta
La visión, ve asperezas en donde hay armonía
Y noche en el nublado que disimula el día.

San Agustín nos dijo que el mundo es un dechado
Visto al revés; encima Dios borda; al otro lado,
Multicolores hebras, con su red caprichosa,
Despistan nuestros juicios... ¡Oh, labor misteriosa
Del Bordador divino, ya todos te veremos,
Cuando, en nuestra ascensión milenaria, lleguemos
Al vértice del ángulo final, de cuyo punto
Se abarca la sublime plenitud del conjunto!

Entretanto, poeta, no murmures. Tu verso
Sea undoso, cual salmo de amor al universo.
Quien trazó el plan del Cosmos, no puede a la razón
Naciente de los hombres dar una explicación
Del misterio; su lógica no es la tuya de hormiga.

No juzgues, pues; adóralo y deja que prosiga
Sus intentos arcanos, su labor portentosa.
¡Que rice en espirales de luz la nebulosa;
Que prenda sus translúcidas caudas a los cometas;
Que plasme entre sus manos de titán los planetas
Que encienda las divinas antorchas estelares;
Que empine las montañas y que ahonde los mares!...