EL CAMARADA


Yo tenía un camarada...
¡Nunca lo hallaré mejor!...
Que en la gloriosa jornada
Junto a mi lado marchaba
Al redoblar del tambor.

“¡Una bala, compañero!
¿Para quién de los dos es?”...
Era el diálogo postrero,
Y bajo el plomo certero
Cayó muriendo a mis pies.

Me da la suya... y en vano
Busca mi mano estrechar...
“¡Duerme en paz!”, querido hermano,
La Patria quiere mi mano
Para volver a cargar.

JUAN LUIS UHLAND


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