Wellington rechaza ejército tras ejército, en numerosos combates

No fue empresa nada fácil la llamada Guerra de la Península, adonde acudieron, uno tras otro, a combatirle, los mariscales más expertos de Napoleón: Víctor, Massena, Marmont, Jourdan y Soull, y más si se tiene en cuenta que una derrota hubiera determinado su relevo.

Un año después de otro, hizo sus campañas y derrotó ejército tras ejército en las famosas batallas de Talavera, Albuera, Fuentes de Oñoro y Salamanca, hasta que al fin, después de la derrota de Vitoria, arrojó de España a José Bonaparte, y le picó la retirada hasta el sur de Francia, cuando todos los ejércitos europeos cerraban contra Napoleón, cuyo poder había quedado poco menos que destruido en la encarnizada batalla de Leipzig, que duró tres días, conocida en la historia con el nombre de la «batalla de las naciones.