Regreso de Gutenberg a su ciudad natal, después del destierro


Después de todo lo anterior, sigue un período de misterio. Gutenberg tomó dinero prestado para proseguir sus ensayos, y esto es todo lo que se sabe. Parece que en tales trabajos invirtió todo su capital, pues existe un documento de su esposa, que fue quien pagó el impuesto por su casa durante aquel tiempo. Luego parece que algo le llamaba a su ciudad natal. Deseaba, quizá, que su patria, Maguncia, fuera la cuna gloriosa del gran invento que estaba a punto de dar a conocer al mundo. Regresó a esa ciudad en 1446, después de un destierro de veintiséis años. Establecióse en una casa que formaba parte de las posesiones de su familia. Que él había ya completado sus trabajos preliminares para la nueva imprenta, nos consta por el hecho de que pudo tomar dinero prestado de un astuto mercader de dicha ciudad, llamado Juan Fust. Diole éste dinero en dos ocasiones para que pudiese fabricar sus tipos y comprar otros materiales. Como garantía del capital dado en préstamo, señalóle Gutenberg todas las existencias de material que iba a fabricar.

Tomaron a su servicio un obrero muy hábil en el trabajo de los metales, llamado Schoeffer, que resultó un grandísimo auxiliar de Gutenberg para llevar a cabo su proyecto de fabricación de los tipos. Gutenberg empezó su trabajo haciendo cada letra por separado. Si necesitaba cien copias de la letra A, poníase a trabajar y grabar 100 veces dicha letra en otros tantos trozos de madera.