Hiparco, el mayor astrónomo de la antigüedad


Hiparco estudió detenidamente y con tal aplicación y tan felices resultados los cielos, que pronto se halló en condiciones de predecir los sucesos astronómicos más importantes. Hiparco los pronosticaba basándose en razones científicas y fue el primero que puso la astronomía al servicio de la geografía; trazó mapas celestes y terrestres, reducidas a la pequeña porción de tierra entonces conocida.

Hoy día esto nos parece cosa trivial; pero, por el contrario, era muy admirable en los tiempos de este astrónomo, en que se carecía casi en absoluto de datos y no había instrumentos científicos para efectuar las mediciones. Descubrió también Hiparco que el año contado por el Sol era más corto que si se contaba por las estrellas, y llegó a esta conclusión tomando cuidadosamente las medidas y comparándolas con las obtenidas, ciento cincuenta años antes que él, por otro astrónomo llamado Timócaris. Hiparco ocupa el primer lugar entre los astrónomos antiguos, pues sus observaciones le indujeron a escribir con maestría acerca del Sol, de la Luna y de los planetas, y de fijar con toda exactitud el tiempo de sus movimientos. Si hubiese tenido pronto un sucesor, la astronomía habría llegado mucho antes a ser una gran ciencia.