¡Viva V.E.R.D.I.!, es decir: ¡Viva Vittorio Emmanuele Re D'Italia!


Verdi vivió identificado con el ideal del risorgimento italiano que salvó a la patria de la dominación foránea. Su nombre sirvió de bandera a los revolucionarios, pues vitoreando al maestro vitoreaban a Víctor Manuel de Saboya, autor de la unidad peninsular. ¡Viva V.E.R.D.I.! significaba, en realidad, ¡Viva Vittorio Emmanuele Re D'Italia...!

Modesto y sencillo, Verdi amaba el campo y la Naturaleza por encima de cuantos hombres le prodigaran príncipes, reyes y presidentes. Él mismo se complacía en decir: “¡Soy un humilde campesino, y lo seguiré siendo toda la vida...!”

La muerte de su segunda esposa, Giuseppina Strepponi, cantante de renombre que encarnó muchos de sus personajes femeninos, le inspiró sentidas páginas de carácter religioso y de una grandeza no inferior a la de sus óperas.

Vivió hasta avanzada edad. Los funerales de su muerte, acaecida el 27 de enero de 1901, alcanzaron las proporciones de verdadera apoteosis. Su testamento es una página de amor y desinterés que refleja la integridad moral de este gran músico: donó toda su fortuna a la Casa de los Músicos, que había fundado en vida para que sirviera de reposo a los artistas pobres y ancianos.