El cauce de lo popular español renace con García Lorca


Pero a quien le cupo retomar el olvidado cauce de lo popular español fue a Federico García Lorca, muerto prematuramente en la sangrienta guerra civil española de 1936. En un lenguaje pleno de metáforas y de inusitadas figuras renovadoras, García Lorca promovió a todo lo largo y ancho del mundo de habla española, el desarrollo de una escuela neo-romántica e hizo multitud de discípulos y seguidores. Mariana Pineda, Doña Rosita la soltera, La zapatera prodigiosa, le abrieron las puertas de la popularidad. Escribió más tarde una serie de dramas de pasiones telúricas, desencadenadas por la irremediable fuerza de la fatalidad. Su teatro, como el de Lope, se nutre en lo más genuino de la tierra española y en él se encuentran reminiscencias arábigas y gitanas, en las que se complace.

Uno de los más recientes y vigorosos dramaturgos españoles es Antonio Buero Vallejo. Ha estrenado en Madrid alrededor de diez dramas representados ya en capitales de América, algunos adaptados al cinematógrafo. Son los más conocidos: En la ardiente oscuridad, Los tejedores de sueños, Madrugada, Historia de una escalera.

Alejandro Casona, dramaturgo de las últimas promociones, es el autor de Los árboles mueren de pie; por su inspiración admiramos La sirena varada, Nuestra Natacha y La dama del Alba, principalmente.