Roma reaparece a los ojos asombrados del hombre moderno

Se ha descubierto el nivel de cuatro calles, y ese nivel está, a veces, a veintidós metros debajo del nivel de las calles de hoy; su profundidad nunca es menor de cinco metros. Columnas rotas, restos de templos suntuosos, bellísimas arcadas, salas derruidas, pavimentos de mosaico, altares, fuentes, estatuas truncadas, casas de tres pisos, grandes escalinatas, enormes muros de ladrillo, magníficos relieves, arcos triunfales; todo esto se extiende por debajo del ancho espacio que comienza en la base del gran palacio del Senado y termina en el arco que fue levantado por Tito, después de la destrucción de Jerusalén, con el Coliseo y el arco de Constantino en el fondo. A su derecha, mostrando al aire sus ruinas, está el antiguo palacio de los Césares.