El cántaro mágico del desierto, que refresca el agua con ayuda del viento cálido


Aunque parezca increíble, en estas tiendas árabes llega a encontrarse verdadero lujo. Su estructura no es primorosa, pero están sólidamente construidas y contienen todo cuanto es necesario para morar cómodamente en ellas. Algunas hay tan espaciosas que pueden contener considerables cantidades de granos, frutas, paja, pesca salada y madera, y su capacidad permite albergar también algunas aves, cabras y uno o dos caballos. La habitación principal tiene en el centro un espacioso hoyo, que sirve de hogar; el humo sale por donde puede, lo cual es causa de que la tienda ennegrezca más cada día: por esto la antigua frase bíblica, en que se menciona las negras tiendas de Cédar, es también aplicable a las actuales.

Una de las grandes bendiciones es el famoso cántaro poroso. Todos los que han estado en climas tropicales saben lo que esto significa. Los árabes que viven y trabajan en las ciudades hacen cántaros y botijos de tierra porosa, vasijas que son una verdadera bendición para esta gente que carece de hielo y de refrigeradores. Los pozos no son muy profundos y el agua llega al campamento desde largas distancias; de manera que, si no fuera por estos recipientes de arcilla, sería una rareza encontrar agua fresca en los desiertos. ¿Que cómo se enfría el agua? Pues muy sencillamente. Si se expone al viento durante algunos minutos una de estas jarras llenas de agua, ésta se convierte, como consecuencia de la muy rápida evaporación del líquido exudado, en bebida deliciosamente fresca.