Inflexible voluntad de un cardenal de Francia


Al morir Enrique IV, su hijo Luis era un niño de trece años cuya corona debía ser salvada de las ambiciones de los nobles. Hacer del futuro rey el señor más poderoso de Francia, y de Francia la primera nación de Europa, fue la tarea del cardenal Richelieu, hombre de extraordinario genio político e inflexible voluntad.

Cuando Luis XIII subió al trono, apreció el valor de Richelieu, quien, como primer ministro, fue el verdadero señor de Francia.

Con inteligencia y fuerza irreductibles, el cardenal sometió a los nobles, quitándoles algunos de sus antiguos poderes, protegió el comercio y la industria y alejó el peligro del dominio extranjero. Murió en 1642, un año antes que el rey, habiendo dejado cumplida exitosamente una labor formidable y duradera.