Cómo los turcos se presentaron frente a Viena e hicieron 87.000 esclavos


Un hecho terrible le sucedió luego a Viena, la capital de Austria. Los turcos, que vivían al otro lado de Hungría, atravesaron esta provincia, pusieron sitio a la hermosa y fuerte ciudad y la tomaron tras un asedio de dos ¡meses; volaron sus murallas e hicieron 87.000 esclavos. Por fin, un rey vecino, el de Polonia, acudió para libertar a la ciudad y arrojar a los invasores. En la tienda del general turco se hallaron cartas de Luis XIV, en que se incitaba a los musulmanes a atacar el imperio; y, prosiguiendo su plan de suscitar enemigos en partes distantes para tener al ejército alemán ocupado lejos del Rin, impulsó también a los suecos a que atacasen el Brandeburgo, junto al Báltico. El gobernante de esta provincia, Federico Guillermo, el Gran Elector y el príncipe Eugenio de Saboya eran los principales apoyos del emperador en estas guerras contra los franceses.

El príncipe Eugenio, hombre de menuda estatura, poseía gran ciencia militar y maravilloso prestigio entre sus tropas, que le seguían ciegamente con la convicción de que tras su persona seguía siempre la victoria.