Al aproximarse el primer milenio anterior a nuestra era se producen grandes mudanzas


Muy probablemente poco antes del 1000 a. de J. C, irrumpieron en el suelo actualmente español hombres llegados de la costa del Mediterráneo oriental: eran los “carreteros del mar”, los fenicios. Establecieron su más importante centro en Gadir, hoy Cádiz, ciudad que en tal carácter es la más antigua de España, y transmitieron a los indígenas varios de sus progresos, como la escritura y algunas técnicas metalúrgicas.

En el sur de la península, los fenicios, como más tarde los griegos, estuvieron en contacto con un pueblo que logró constituir una verdadera entidad política: el reino de Tartessos.

La acción de los colonizadores griegos fue más prolongada y trascendental que la de los fenicios; a partir del siglo viii se lanzaron al descubrimiento de las tierras del Mediterráneo occidental, y así fue como llegaron a las costas de la actual España, para establecerse en el Sur y Sudeste. Empero, por rivalidades surgidas entre ellos y los cartagineses, adquirieron luego mayor importancia sus establecimientos en el Nordeste y el Levante. En la primera de las zonas nombradas se destacó la ciudad de Emporión, que dio origen a la actual Ampurias, cuyas ruinas aún pueden verse, así como las de su puerto.

En tanto los griegos colonizaban las costas españolas del Mediterráneo, oleadas sucesivas de pueblos de origen celta penetraban en la península por el Norte y poco después se expandían por casi todo el territorio. En muchos lugares debieron mantener luchas con los que ya ocupaban las tierras, a quienes, a juzgar por los textos, debemos llamar iberos.

En condiciones aún mal conocidas integróse una raza mixta celtíbera durante la época del predominio céltico; cesado éste, maduró la cultura que hoy llamamos ibérica, que floreció en millares de poblados, muchos de ellos verdaderas ciudades, y en cuyas ruinas los arqueólogos han hallado miles de restos, manifestaciones concluyentes de la pujanza cultural de los iberos. La más famosa expresión plástica de este momento es la Dama de Elche, busto realizado en piedra caliza policromada que denota la influencia técnica de la primitiva escultura griega, pero el asunto es típicamente ibérico.