El archipiélago británico, por su clima, lo llamaron antaño "las Islas Brumosas"


Una de las características de las Islas Británicas es su elevado índice de precipitaciones pluviales, así como de nebulosidad. Las nieblas son tan densas que causan dificultades en el tráfico por carreteras y por vía fluvial, aún en nuestros días, en los que instrumentos de la naturaleza del radar han venido a resolver problemas milenarios. Dentro de esas características generales existen, naturalmente, gradaciones; pero aun en la zona menos lluviosa de la isla, la precipitación anual no es menor de 700 milímetros.

Así y todo, la influencia benéfica de la corriente cálida del Golfo hace que el clima de la Gran Bretaña sea hospitalario, en verdad, más atemperado que el de costas europeas o americanas situadas en la misma latitud.

Las nieblas inglesas han sido objeto de la atención literaria en todos los tiempos; en Shakespeare se leen referencias a "las Islas Brumosas", tomando por tales a las británicas, y en nuestros días la niebla londinense ha suministrado recursos de efecto a más de una novela o película de aventura y misterio.