Rusia amenaza llegar al mismo corazón de Europa


En los primeros meses del año 1915 las mayores acciones de la guerra tuvieron por escenario el frente oriental. A principios de febrero, Hindenburg, que acababa de ser ascendido a mariscal, avanzó sobre Varsovia, capital de Polonia, al mando de poderosas fuerzas. Su intención era ocupar la capital polaca y obligar a los ejércitos rusos a replegarse dentro de sus propias fronteras. Los generales rusos disponían de tales masas de hombres, que los ejércitos moscovitas eran conocidos con el nombre de; rodillo apisonador, y constituían una constante amenaza para Austria-Hungría, y, por supuesto, para el flanco oriental de los alemanes.

En su ofensiva los alemanes llegaron hasta las puertas de Varsovia, pero en ese preciso momento afluyeron numerosísimos refuerzos rusos y atacaron con tal violencia, que Hindenburg, con todos sus ejércitos, tuvo que abandonar el terreno conquistado y retirarse hasta la frontera alemana, dejando en poder de los rusos grandes cantidades de prisioneros.

Apenas derrotados los alemanes, los rusos se volvieron contra las fuerzas austro-húngaras de los Cárpatos, a las que aniquilaron, y comenzaron a descender hacia la llanura de Hungría. La fortaleza de Przemysl, que llevaba tres meses de resistencia, tuvo que capitular ante el cerco ruso, y dejar en manos del general Brusilov 120.000 prisioneros y 1.500 piezas de artillería. El rodillo apisonador se había puesto en marcha, y la impresión general era que resultaría casi imposible detenerlo. ¿Qué ocurriría si los rusos ocupaban la llanura de Hungría, el granero de Europa Central? ¿Qué pasaría si caía Budapest? Se vio por un momento la posibilidad de que Rusia aniquilara totalmente a Austria-Hungría.

Los alemanes comprendieron inmediatamente la gravedad de la situación. La derrota de sus aliados significaba que su flanco oriental quedaría abierto a todo ataque, y que se verían asediados en dos frentes. Entonces, el 1" de mayo de 1915, cinco divisiones germanas al mando del general Mackensen atacaron bruscamente las líneas rusas a orillas del río Dunajec. Tan violenta y sorpresiva fue la arremetida de Mackensen, que las líneas rusas se desmoronaron una tras otra. Los Cárpatos quedaron evacuados, los rusos perdieron las estratégicas fortalezas de Przemysl y Lemberg, y emprendieron la retirada.

El avance alemán seguía incontenible, los moscovitas se retiraban en todos los frentes, aunque sin dejar de combatir, lo que producía enormes pérdidas a los atacantes. Sin embargo, los alemanes se apoderaban diariamente de nuevos puntos estratégicos. El 5 de agosto ocuparon a Varsovia, y a fines del mismo mes doce poderosas plazas fuertes habíanse rendido ante el avance alemán. Cayeron en manos de los atacantes más de medio millón de prisioneros; éstos fueron quizá los triunfos más grandes que obtuvieron los alemanes durante toda la guerra.