Comienzos de la influencia normanda en Inglaterra, Eduardo el Grande


Mientras las primeras hordas de normandos llevaban la devastación y el saqueo a Inglaterra y Escocia, arribaban otras a las costas de Francia y se establecieron allí, frente a las costas inglesas. Conquistaron toda la hermosa provincia que de ellos se ha llamado más tarde Normandía (esto es, tierra de los normandos), y pronto dejaron de hablar su propia lengua para aprender la de los francos y expresarse en un nuevo lenguaje, mezcla de ambos, que los filólogos llaman hoy franco-normando.

Aquellos hombres intrépidos y feroces gobernábanse por medio de soberanos que llamaban “duques”. De uno de éstos, conocido en la historia con el nombre de Ricardo Sin Miedo, era hija Emma, la esposa de Etelredo II, de Inglaterra; cuando ambos consortes residieron en Normandía, después de abandonar su reino a los daneses, su hijo Eduardo se educó en este país bajo la dirección de sabios religiosos.

Cuando Eduardo ocupó el trono de sus mayores, llevó consejeros normandos consigo, lo que provocó gran descontento.

A Eduardo debe Inglaterra la hermosa abadía de Westminster, edificada según el modelo de la que había visto en Normandía.

Murió Eduardo el Confesor, como la historia lo llama por su piedad, en enero de 1066, y al día siguiente de celebrarse sus exequias en la famosa abadía, terminada muy poco antes, volvía a congregarse en ella el pueblo para coronar al sucesor elegido, y que no era otro que Haroldo, hijo del conde Godwin, cuya influencia habíase impuesto en el ánimo del difunto rey. Haroldo era estimado por su valor, por su talento y por su odio a los normandos.