Francia recobra la paz. Napoleón es coronado por el papa


Durante la paz que se siguió, el Primer Cónsul tuvo tiempo para llevar a cabo numerosas obras públicas de gran utilidad; mandó abrir caminos y construir puentes; dio impulso al comercio e introdujo mejoras en la-instrucción pública; permitió volver en paz a Francia a las familias que de ella habían huido durante la revolución, y restableció el libre ejercicio del culto en las iglesias. No pasó mucho tiempo sin que el Primer Cónsul, logrando cambiar una vez más la forma de gobierno de Francia, llegara a ser emperador con el nombre de Napoleón I, e instituyese una espléndida corte, haciendo príncipes y princesas a sus hermanos y duques y a sus generales. Hizo que el Papa viniese a ungirle emperador, en la iglesia de Nuestra Señora de París, y él mismo se coronó a sí y a su esposa Josefina con una artística guirnalda de oro.

Nuevamente Napoleón cruzó los Alpes para ser coronado rey de Italia, con la famosa corona de hierro de Lombardía.

En Suiza se hallan muchos recuerdos y vestigios de Napoleón, principalmente en las magníficas carreteras que construyó en las montañas.

Algunos años más tarde Napoleón, que se había divorciado de Josefina, casó con una princesa austríaca, y de ella tuvo un hijo, que desde la cuna fue llamado rey de Roma. Grande fue la alegría que experimentó Napoleón con el nacimiento de este niño, por creer que, al fin, había asegurado la duración del imperio y que su hijo reinaría después de él.