El esplendor de las encantadoras ciudades del sur de Francia


Niza es una de las mayores ciudades y la más de moda de la Riviera, y en ella se reúne lo más selecto de todas las naciones de Europa para atender al cuidado de la salud y divertirse. En esta parte de Francia se fabrican finas esencias y jabones, y se produce excelente aceite de oliva.

La línea del Sur no se extiende hacia París, sino que une el Atlántico con el Mediterráneo a lo largo del valle del Garona y sus canales. En esta parte de Francia hay ciudades muy interesantes; por ejemplo, Tolosa, que posee muchas y notables iglesias, palacios, un museo y una hermosa biblioteca, y que está en la confluencia de vías comerciales e industriales de todo género. Carcasona está también en esta línea y junto al canal del Sur; sus fuertes murallas atestiguan aún su antigua importancia, en los tiempos en que era la llave del angosto paso entre el Macizo Central y los Pirineos. La preciosa catedral de Albi, tan elevada y grande, es una de las numerosas catedrales de Francia, gloria inmortal de quienes las construyeron y deleite de los que aman el arte arquitectónico.

En ir de Cette, que está sobre el Mediterráneo, a Burdeos, el gran puerto exportador de vinos, en el occidente, se invierten varias horas, por ferrocarril, y éste tiene empalmes, en el trayecto, a muchos balnearios, y uno que lleva a España. Se llega a Burdeos desde París, pasando por Orleáns, Tours (el jardín de Francia) y Poitiers.

Por Normandía y Bretaña atraviesa el ferrocarril del Oeste, y se llega a Cherburgo, el gran puerto militar del Canal, en la avanzada península de Cotentin, en pocas horas, desde París. En Cherburgo hacen escala muchos buques alemanes y británicos, al ir y volver de América. En él hay un gran rompeolas que protege el puerto. Otro puerto, comercial y militar, Brest, está en esta misma línea, en el extremo occidental.