La división de Alemania en zonas y su estado posterior


Los jefes de las potencias vencedoras se reunieron en Potsdam, en julio de 1945, para decidir el destino de Alemania. De allí surgió la división de su territorio en cuatro zonas de ocupación, cada una de las cuales era administrada por uno de los cuatro grandes aliados: Estados Unidos, Rusia, Gran Bretaña y Francia. Cada una de ellas tomó también posesión de un sector de la ex-capital alemana, la ciudad de Berlín, cuya destrucción por efectos de los bombardeos y de las luchas finales era verdaderamente dantesca: ninguna otra ciudad sufrió más, excepto, tal vez, Varsovia y las ciudades japonesas atacadas con la bomba atómica. Las actividades industriales alemanas fueron reducidas, pues los aliados se repartieron entre sí equipos fabriles. Los jefes alemanes vencidos fueron encausados y condenados a muerte por un tribunal integrado por los vencedores, en la ciudad de Nuremberg. Muchos de ellos fueron ahorcados, y otros escaparon a la pena infamante suicidándose en la cárcel.

La redacción del tratado de paz presentó obstáculos de tan difícil superación, que solamente en 1954 fue posible llegar a un semipleno acuerdo, y se firmó entonces, en ese mismo año, el que se conoce con el nombre de Tratado de París.

Los aliados occidentales unificaron las tres zonas, dando un gobierno central a toda la región occidental de Alemania. De este gobierno surgió luego el de lo que con el tiempo vendría ser la República Federal Alemana, constituida formalmente el 21 de setiembre de 1949, que alcanzó su plena soberanía después de la ratificación del tratado de París, el 5 de mayo de 1955, y fijó la capital en Bonn. El primer presidente del nuevo Estado alemán fue el doctor Teodoro Heuss, y su canciller, el doctor Konrad Adenauer. Por su parte, los soviéticos organizaron en el sector oriental la República Democrática Alemana, cuya capital establecióse en el sector soviético de Berlín.

En tanto que la República Federal Alemana se unía a la potencias occidentales e ingresaba en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Alemania Oriental, por el contrario, se convertía en otro país satélite de la Unión Soviética, de los que se alzaban tras la llamada “cortina de hierro”.