La desolación que cayó sobre la poderosa ciudad del gran rey


Al estudiar en estas tablillas la viviente historia del antiquísimo pasado, observamos que muchas de ellas están resquebrajadas y que otras muestran huellas del incendio; y es que llegó un día (treinta años escasos después de la muerte de Asurbanipal) en que la biblioteca quedó desierta y los escribas y eruditos no movieron con sus cuidadosas manos las tablillas en las estrechas estanterías en que estaban colocadas y clasificadas por orden de materias.

El poderío asirio había empezado a decaer ya antes de la muerte de Asurbanipal. Siguiéronle reyes débiles; los medos derrotaron a los hasta entonces invictos asirios y solamente los detuvo en su propósito de arrasar la capital la súbita irrupción de las hordas escitas del Asia occidental, que devastaban cuanto se oponía a su paso.

Pero el fin se aproximaba; y cuando los medos se unieron con Nabopolasar, general asirio que gobernaba en Babilonia, la ciudad de Nínive, aquella gran ciudad de palacios, templos y libros, fue tomada e incendiada después de un asedio de dos años. Así fue como se quemaron las estanterías y utensilios de la biblioteca real. y las tablillas cayeron amontonadas en las ruinas, quebradas y chamuscadas. Este lamentable acontecimiento ocurrió hacia el año 609 antes de Jesucristo, esto es, hace más de 2.500 años.