Japón bombardea la base estadounidense de Pearl harbour


El estallido de la segunda Guerra Mundial provocó agudas crisis en !a política interna del Japón. Los militaristas se empeñaban en despertar el fanatismo del pueblo por el Emperador y en hacer fructificar las ideas imperialistas. El príncipe Konoye, que desempeñaba el cargo de Primer Ministro, procuró oponerse a la idea de llevar a Japón a la guerra, pero se vio obligado a renunciar, y el general Tojo ocupó su lugar. Este nombramiento significó poner el gobierno en manos de los elementos ultranacionalistas, que recibieron así plenos poderes para mantener la paz o declarar la guerra. Pronto la política de Japón se definió claramente, pues firmó un tratado de alianza con Alemania e Italia, formando así el llamado Eje Berlín-Roma-Tokio.

Uno de los primeros actos del nuevo Gabinete fue enviar una misión a Estados Unidos de América para resolver pacíficamente las cuestiones pendientes entre ambos países, siempre que los aliados retiraran su apoyo al jefe nacionalista chino Chiang Kaishek, y reconocieran a Japón la función de potencia rectora en los asuntos del Oriente. Las negociaciones marcharon con gran lentitud, y una madrugada el mundo supo que Japón había puesto fin a las mismas atacando, sorpresivamente y sin declaración de guerra, una base naval de Estados Unidos en las islas Hawaii. Las instalaciones de esta base, llamada Pearl Harbor, así como la mayoría de los barcos en ella anclados, fueron destruidos por la aviación nipona, que asestó, así, un rudo golpe al poderío naval estadounidense.