Orígenes de Roma, la ciudad que conquistó al mundo


La fecha de la fundación de la ciudad que llegó a regir el mundo no se conoce con exactitud, aunque se admite generalmente como verosímil la del año 753 a. de J. C. La leyenda atribuye dicha fundación a dos gemelos, Rómulo y Remo, nietos de Numitor, último rey de Albalonga, cuyos antepasados se remontaban a Ascanio, hijo de Eneas, que fundó la ciudad después de la destrucción de Troya y de su llegada huyendo a esas nuevas regiones. Rómulo y Remo fueron arrojados al Tíber por orden de Amulio, usurpador del trono de Numitor, pero una loba los salvó y amamantó. Su vida transcurrió entre pastores hasta que conocieron su origen; recuperaron entonces el trono para Numitor y enseguida abandonaron Albalonga y determinaron fundar una ciudad a orillas del Tíber: ella fue Roma. En la historia de los pueblos es difícil señalar el punto en que las leyendas comienzan a devenir realidad. En el caso de Roma, que llegó a tan inmenso poder, es comprensible que quisiese alimentar su orgullo nacional con la creencia que descendía de dioses y reyes troyanos. De allí que los historiadores romanos mantuvieran al pie de la letra la leyenda de Rómulo y Remo y la fundación de la ciudad. Lo más verosímil es que la nueva población fuera fundada en las alturas del Palatino, una de las siete colinas, para servir de refugio y fortaleza contra las incursiones de los etruscos y otros pueblos vecinos.

Rómulo fue el primer rey de Roma. La monarquía subsistió por espacio de dos siglos y medio, y durante dicho régimen Roma se hizo dueña del Lacio, conquistado por el rey Tulio Hostilio. Otro rey, Servio Tulio, ordenó erigir murallas en torno a las siete colinas; sus ruinas pueden verse aún. Los excesos de Tarquino el Soberbio llevaron a los romanos a deponerlo, estableciéndose a partir de entonces la República, hacia el 509 a. de J. C. Las facultades de los antiguos reyes quedaron depositadas en dos cónsules, gobernantes electos por un año, que generalmente ejercían la magistratura seis meses cada uno.