Un magnífico instrumento musical de sólo dos cuerdas


En un piano, para producir notas de diferentes tonos, tenemos una serie de cuerdas de diferente longitud, cada una de las cuales, al ser golpeada, produce la nota correspondiente. Para variar el tono podemos también hacer que una cuerda sea de un material mucho más denso que otras. En el caso del violín, si bien este instrumento tiene escaso número de cuerdas, es, sin embargo, posible producir con ellas toda la serie de notas, acortando con los dedos más o menos las cuerdas puestas en vibración; además, las diferentes cuerdas del instrumento tienen también distintos pesos y diferente espesor.

Pero la laringe sólo tiene dos cuerdas que vibran siempre al mismo tiempo y es imposible, pues, producir voz con una sola de ellas; además, las cuerdas de la laringe tienen el mismo peso y longitud. Fuera del cuerpo humano, un instrumento musical que tuviera una sola cuerda, que no fuese susceptible de ser acortada a voluntad, como la de un violín, no produciría gran variedad de sonidos, pues la única manera de alterar el tono o nota que tal instrumento produjera, sería variando la tirantez o tensión de la cuerda. Con toda seguridad puede decirse que tan sólo un material viviente, es susceptible de cambiar su estado de tensión en todos los grados requeridos por la música, sin que se altere o lesione la cuerda vibrante.

Pero aunque nuestras cuerdas vocales tan sólo puedan variar el tono de la nota que emiten, poniéndose más o menos tirantes, esto es, por un solo medio, no existe, sin embargo, instrumento musical que pueda compararse a ellas. Un buen cantante puede producir toda clase de notas en un intervalo de dos octavas y existen muchos cantantes cuya voz tiene una extensión mucho mayor. Fuera del cuerpo humano el hecho no tiene equivalente. Es muy importante, pues, conocer el tejido que forma las cuerdas vocales, tejido que les permite variar su tensión en tan tenues grados sin lesionarse. Las cuerdas vocales están hechas de tejido elástico, es decir, constituido por fibras muy extensibles. Unos músculos muy delicados y de acción rapidísima, al contraerse, provocan variaciones en la tensión de las cuerdas, transformando de este singular modo sus propiedades sonoras.