¿Por qué la voz humana es mucho más maravillosa que un piano?


No hay que creer que el cantante en las dos octavas de extensión de su voz, esté reducido a las notas que en un intervalo igual tiene un piano. Los pianos, como es sabido, presentan tonos y semitonos; todos ellos puede emitirlos también el cantante que con el piano se acompañe. Ahora bien, hay cantantes que pueden emitir hasta once tonos diferentes comprendidos entre dos notas inmediatas del piano.

Como hemos dicho ya, tan rica variedad depende de la tensión de las cuerdas vocales, subordinada, a su vez, a la contracción de los músculos de las cuerdas y de aquéllos que sin pertenecerle propiamente, acompañan el mecanismo; y esto depende de la intensidad de la corriente nerviosa que, procedente de ciertas células del cerebro, va a parar a tales músculos. El lugar donde realmente reside, pues, la delicadeza del mecanismo, es el centro cerebral de la emisión de la voz.

Como sabe todo el que alguna vez ha tratado de leer algún canto o melodía, una cosa es tener todo el mecanismo dispuesto para la producción o emisión de una nota determinada, y otra cosa muy distinta es poder emitir aquella nota en un momento determinado. Para ello existen dos clases de dificultades, la primera de las cuales consiste en que nos es necesario imitar la nota que oímos y deseamos emitir, en cuanto a la segunda, es una gran maravilla.