La pupila del ojo se dilata cuando la luz es débil


La función del iris es regular la abertura de la pupila. Cuanto menor es la cantidad de luz, mayor es la pupila y, al contrario, a mayor cantidad de luz, menor es la pupila. Así, pues, cuando una persona pasa de la oscuridad a la luz, o cuando una luz muy viva le hiere los ojos, la pupila se hace más pequeña. Observamos también que las pupilas se estrechan cuando una persona que ha estado mirando un objeto distante mira de repente a un objeto próximo. Hay una razón especial, algo difícil de explicar, por la cual mejora la claridad de la visión reduciéndose el tamaño de la pupila cuando miramos cosas cercanas. La causa se ha de buscar en la forma de lo que hay detrás de la pupila, como veremos pronto.

El color del ojo se debe al iris; pero este color no se ha de buscar en las fibras musculares que lo constituyen, que en nada difieren de las ordinarias, sino en una capa de células que existe en ambas caras del iris, las cuales contienen cierta cantidad variable de pigmento o tinte. Esta cantidad es la que varía en las diversas personas; y este hecho es muy interesante desde el punto de vista de la belleza, porque de sus diversas gradaciones dependen los diferentes tipos de ojos. Pero el color del iris tiene cada día un interés mayor. Este importantísimo asunto es estudiado con gran atención y verdadero empeño por los hombres de ciencia de todo el mundo, y no hay duda que, al conocerse mejor las variadas leyes que rigen la transmisión del color del iris de los padres a los hijos, se derivarán de dicho estudio interesantes enseñanzas científicas.