Cómo podemos salvarnos cuando nos atragantamos


Si hubiéramos aprendido bien en la escuela las cosas de verdadera importancia práctica y que jamás deben ser olvidadas, no ocurriría nunca un caso de muerte por atragantamiento: porque uno mismo debe salvarse. La entrada de la faringe está tan próxima a la boca que el dedo índice introducido con valor en ella, alcanza al cuerpo extraño y puede extraerlo. Para llevar a cabo este acto no se necesita habilidad especial, pero sí un poco de valor y serenidad, y teniendo esto presente cualquiera persona se encuentra en el caso de poder salvar una existencia querida.

Nada más fácil, naturalmente, que alguna partícula alimenticia penetre en la porción más alta del canal aéreo o laringe; pero el resultado inmediato de este accidente es la provocación de un violento acceso de tos, o sea, la salida de una fuerte columna de aire desde los pulmones, la cual arrastra consigo el obstáculo. Los niños muy pequeños y los ancianos son las personas más propensas a los atragantamientos, porque no pueden toser con fuerza. Existe también una terrible enfermedad, llamada difteria, en la que se forma un cuerpo extraño, o falsa membrana, la cual cierra el paso al aire en la abertura superior de la laringe: así han muerto por asfixia muchos niños; pero la ciencia ha descubierto un maravilloso remedio que cura esta enfermedad. Tal es una vacuna que usada a su debido tiempo, casi nunca falla en sus resultados.