Una cosa de la cual todos se admiran

Nadie entiende cómo este fuerte compuesto puede ser desunido por medio de las células de las glándulas del estómago, sin dificultad alguna, y sin el empleo de un poderoso ácido cualquiera. Solamente podemos atribuirlo a la actividad vital de las células de las glándulas.

Algunas veces, cuando una persona está enferma, su estómago no puede producir el ácido clorhídrico que necesita para digerir los alimentos, y entonces es cuando el médico le receta, como medicina, este ácido, que entra en el estómago y obra como es necesario. En estos casos produce en el paciente un efecto casi mágico. Esta clase de enfermos deben su alivio al estudio del cuerpo, estudio que nos ha enseñado que el estómago, cuando está sano, produce ácido clorhídrico, sin el cual no pueden digerirse los alimentos ingeridos.

Cada vez que tomamos sal en nuestras comidas, deberíamos acordarnos del uso que harán de ella las células de las glándulas del estómago, no inmediatamente, sino cuando haya entrado en la sangre y haya sido llevada por las arterias a nutrir y aprovisionar la pared del estómago.

La segunda clase de glándulas especiales que hay en el estómago -y ninguna de estas clases se encuentra en las demás partes del cuerpo-no es menos admirable. Si miramos las células de estas glándulas con el microscopio, tal como están antes de comer, hallaremos cierto número de manchitas procedentes de algo que hay encima de ellas. Estas manchitas han sido producidas por las células, y derivan, naturalmente de la sangre. Pero si observamos bien estas células, tomadas de un animal después de haber comido, veremos que las manchas han desaparecido del todo.