Por qué unas personas necesitan un alimento y otras no


Así pues, hay personas que viven mejor siguiendo un régimen especial de alimentación, personas que son más felices y trabajan mejor (lo cual es lo mismo), por ejemplo, no probando la carne, y otras que se sienten muy bien comiendo mucha carne y poco de otras cosas.

Las personas sensatas aprenden estas cosas por sí mismas, y saben que lo que es conveniente para ellas no ha de serlo necesariamente a otras. Pero si bien gastamos mucho tiempo en estériles discusiones sobre los alimentos, hay gran número de asuntos que necesitan ser discretamente discutidos. Pocas cosas hay más importantes para la vida del hombre que la cuestión de la leche y la del pan. Asimismo es interesantísimo recordar que, aun cuando el cuerpo puede acomodarse para subsistir aun con una pequeña cantidad de diferentes alimentos, no obstante, como hemos visto, tiene necesidades definidas, que por fuerza ha de satisfacer si ha de vivir.

Una condición importantísima que debe llenar el alimento, es que sea digerible. Si se ingiere una comida nutritiva encerrada en cápsulas de plomo, la persona se morirá de hambre porque sus jugos digestivos no atacarán al plomo y por lo tanto no podrá asimilar el alimento que encierran. Este es el caso de algunos alimentos de origen vegetal, como ciertos pastos, en los cuales las sustancias nutritivas se hallan recubiertas de celulosa, y por eso ellas no pueden ser asimiladas por nuestro aparato digestivo, que las deja pasar sin aprovecharlas. Esta es la razón por la cual, aunque tenga nuestro organismo necesidad de carbón, no hay poder de adaptación, ni grado alguno de apetito, ni suma de práctica que nos ponga en condiciones de usar el carbón en la forma de diamantes o en polvo, ni de vivir del hidrógeno, que forma parte de la sustancia llamada gas del alumbrado. No hay un sistema de alimentación que se componga únicamente de caldo de buey y de sopa clara, porque éstos no son alimentos y nada hará que lo sean. No debemos ignorar estas cosas, sino que debemos saber cuáles son los alimentos verdaderos y los falsos, y cuáles son los peligrosos, sí se come mucho de ellos, porque hasta contienen algún veneno.