Acción del café sobre el organismo humano y sus efectos


La acción que ejerce el café sobre el organismo se manifiesta con mayor claridad en las personas que no están acostumbradas a beberlo o en aquéllas que se exceden de la dosis a que están habituadas, pues el organismo se acostumbra a su ingestión y termina por volverse insensible.

Es costumbre beber café después de las comidas, lo que se justifica, puesto que además de llevar calor a la mucosa del estómago, su olor y sabor, tan agradables, aumentan la secreción de jugo gástrico. Por otra parte, ejerce una acción estimulante del sistema nervioso, que se traduce por una disminución de la fatiga, por quitar el sueño y hacer el pensamiento más activo, aunque más móvil. Por ello se le ha dado a veces el significativo nombre de “bebida intelectual”, designación avalada por el hecho de que muchos escritores, y en general personas que desarrollan un trabajo intelectual muy intenso, beben café para estimularse.

La acción del café alcanza al corazón y se revela por una aceleración del pulso, por latidos más enérgicos y una aceleración de la circulación. Estos efectos son debidos a la cafeína, que está presente en una proporción aproximada de 3 centigramos por cada taza de café.

Mas, en este repaso de las propiedades fisiológicas del café resalta un hecho interesante, que es su falta de función alimenticia. En efecto, las sustancias nutritivas que hay en una taza de café representan una proporción tan pequeña que es despreciable. Sería imposible vivir exclusivamente de café, y, por otra parte, si quisiéramos hacerlo, deberíamos tomar una cantidad tal que la cafeína en ella contenida nos produciría la muerte. Por ello es necesario tener presente que el café es una bebida estimulante, pero no un verdadero alimento, y ni siquiera puede considerárselo como una sustancia que permita ahorrar el consumo de otros materiales alimenticios, como puede suponerse.