Hamlet pone en práctica su plan para descubrir al culpable


Con tal fin, Hamlet concertó que la compañía representara al día siguiente un drama que trataba del asesinato de un duque de Venecia, y en el cual se introducirían algunos versos nuevos, que Hamlet escribiría. Fácil es adivinar que los versos nuevos se referían a cierto rey envenenado por su hermano, para este último poder gozar de sus bienes y casarse con su viuda; ya que, después de haber hecho el convenio con los actores Hamlet exclamó:

"El drama será la trampa donde quede preso el rey".

Y así sucedió. Cuando, al día siguiente, se representó la tragedia ante el rey y la reina, los hechos figurados sobre la escena parecíanse tanto, en todos los detalles, a la manera en que el padre de Hamlet había sido asesinado (por medio de una droga venenosa vertida en una oreja, mientras dormía), que el criminal Claudio y la reina Gertrudis no lo pudieron soportar, y dejaron la sala con grande emoción y desorden.

¡El rey había reconocido en la representación del drama la historia de su crimen!

Claudio, muy agitado, expresó a Gertrudis su furor contra Hamlet, y le rogó reprendiese a su hijo por su extraña conducta. Llamó ella a Hamlet a sus habitaciones privadas; pero el padre de Ofelia, el anciano Polonio, que era camarlengo del reino, quedóse escondido detrás de un tapiz, temiendo alguna violencia por parte de la supuesta locura del príncipe. Cuando la reina reprochó a su hijo por haber hecho representar el drama, él le dijo claramente que no la dejaría en paz hasta que hubiera "colocado ante ella un espejo en el cual pudiera ver lo más recóndito de su conciencia". Ante el furor de sus palabras, la reina, temiendo que la matase, pidió socorro, y Polonio iba a acudir al llamamiento, cuando Hamlet, fingiendo que la causa de la agitación de su madre debía ser un ratón que estaba detrás del tapiz, tiró contra éste una estocada y mató al viejo cortesano. Después, con fieras y extrañas palabras de desprecio, hizo reproches a su madre, hasta que ella le suplicó no hablara más.

La suerte de la hermosa Ofelia fue bien triste. Creyendo que el amor del príncipe se había trocado en odio, y oyendo que su padre había muerto a sus manos, sumióse en tan gran dolor, que acabó por volverse loca.