Tres mujeres para atender a un militar herido en una pierna


A instancias de la joven, corrieron las tres mujeres y transportaron en peso hasta su casa al herido militar, para cuyo socorro y atención hicieron venir a un médico de la vecindad, quien reconoció y curó al herido, y recomendó que lo mantuvieran inmóvil pues tenía una pierna fracturada y conmoción cerebral-

Atendiéronlo cariñosamente las tres mujeres durante todo el tiempo que demandó la curación de la pierna fracturada, y en ese lapso el capitán dio repetidas pruebas de su carácter irascible y de su odio al sexo femenino, representado en este caso por la hermosa Angustias, en quien vio desde el primer momento al natural enemigo de su libertad, que decidió defender a todo trance. Pese a sus propósitos no consiguió el capitán alterar a la bonísima Angustias, quien, poco a poco y sin proponérselo fue dominándolo con su afabilidad y sus bromas. Esta situación provocó en el Capitán Veneno diferentes reacciones, y sus conversaciones con la joven se hicieron cada día más agrias y llenas de rencillas.

Cuando el Capitán Veneno está casi curado y en franca convalecencia, sobreviene una catástrofe en la casa de la calle de Peregrinos: muere casi repentinamente doña Teresa, a consecuencia de una lesión del corazón agravada por el disgusto de haberle sido denegadas sus peticiones de rehabilitación, viéndose arruinada al mismo tiempo por los honorarios de abogado y procurador que, llevándose sus últimos recursos, la dejan en la mayor de las miserias.