El héroe


Rodrigo o Ruy Díaz de Vivar, a quien los árabes apellidaron el Cid (Señor), y los cristianos el Campeador (Batallador), era el menor de los hijos de Diego de Lainez, natural del lugar fronterizo de Vivar. Rodrigo pasó su infancia en aquellas tierras, donde naciera en el año 1030, dedicado al ejercicio de las armas. Muy joven, fue armado caballero por el rey Fernando I; guerreó luego a las órdenes de su hijo Sancho II, a quien ayudó a vencer a Alfonso VI de León y a hacerlo prisionero; pero asesinado Sancho en Zamora, el Cid se vio obligado a servir al enemigo de su antiguo monarca, no sin antes exigirle en la iglesia de Santa Gadea de Burgos, en el año 1073, el famoso juramento de que no había tomado parte en el asesinato de Sancho II, con lo que se malquistó con el rey. Sus relaciones con Alfonso VI fueron cordiales al principio, tanto que éste lo casó con su prima hermana Jimena Díaz, bisnieta de Alfonso V, y le confió la misión de percibir en Sevilla el tributo de vasallaje que tenía que pagarle Almotamid: al regresar a la corte se le acusó de haber malversado las riquezas que traía para el monarca, y éste, afrentado o receloso, lo desterró en el año 1081, cobrándose así el agravio del juramento de Santa Gadea.