LA LECHE QUE VERTIÓ HÉRCULES


Cuando Hércules era niño, Júpiter, el mayor de los dioses, quiso hacerlo inmortal y lo puso en sitio donde pudiese obtener la leche divina que le daría vida eterna, y lo igualaría con los dioses del Olimpo. El pequeño Hércules estaba más que ansioso de tomar el maravilloso alimento, y en su ansia derramó algunas gotas de leche que cayeron en la tierra, y donde aquéllas cayeron brotaron instantáneamente blancos lirios, símbolo de todo lo puro, verdadero y bueno que hay en el mundo.


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