Marte: uno de los planetas que suele acercarse a la Tierra


Después de la Tierra, en orden de distancias crecientes, se halla el planeta Marte. Gira en torno del astro rey en el tiempo de 687 días; emplea, pues, más tiempo que la Tierra. Nuestro planeta da vueltas más ligero, y se comprende que siempre alcance a Marte, al que deja atrás, para alcanzarlo de nuevo en otra vuelta. Cada vez que la Tierra se cruza con Marte, este planeta se halla en oposición, pues está alineado con la Tierra y el Sol. Debido a la diferencia de velocidades de los dos planetas, los lugares en que se producen las oposiciones cambian de una vez para otra. Si tanto Marte como la Tierra tuvieran órbitas circulares, en cada oposición la distancia entre Marte y Tierra sería la misma; pero resulta que la Tierra recorre una elipse algo excéntrica y Marte otra más excéntrica todavía. Por ese motivo, las mínimas distancias entre Marte y Tierra varían según el lugar de las órbitas en que se produce la oposición. Las oposiciones más favorables se cumplen cada 15 y 17 años, sucesivamente, y entonces la distancia entre Marte y la Tierra se reduce a unos 56.000.000 de kilómetros. Decimos oposiciones favorables, pues en ellas es posible observar a Marte en las mejores condiciones, cosa que los astrónomos aprovechan para estudiar empeñosamente todos los detalles de su superficie. Ha habido oposiciones notables en los meses de agosto de 1924, 1939 y 1956. Las siguientes a esta última se producirán en 1971, 1988, y así sucesivamente.

Aun observado a simple vista, Marte aparece con un brillo rojizo característico; ese color, que recuerda la sangre, sugirió a los antiguos que ese planeta tenía relación con la guerra, y de ahí surgió la idea de que Marte era el dios de la guerra. Sabemos hoy, sin embargo, que nada tiene que ver Marte con los sucesos bélicos, ya que el color de su brillo depende de la manera en que su superficie rocosa refleja la luz solar.