Los grandes instrumentos con cuya ayuda leemos en el cueno como en las páginas de un libro


Ya hemos dicho que los grandes avances de la Ciencia corresponden a la invención de nuevos instrumentos para observar la Naturaleza. Así como el biólogo se vale del microscopio, que agranda la imagen de pequeñísimos seres, el astrónomo se vale del telescopio, que acerca la imagen de los astros.

Los telescopios están formados por lentes o por lentes y espejos, que especialmente combinados dan imágenes más grandes y más luminosas de los astros que enfocan. En esos instrumento se puede aplicar directamente la vista, o también cámaras fotográficas, con lo que se obtienen fotografías que; después se estudian cuidadosamente.

Gracias al telescopio se puede ver la Luna mucho más grande y con todos sus detalles; también se pueden ver manchas en el Sol y grandes llamaradas que se levantan de su superficie. Claro que para mirar al Sol hay que valerse de un vidrio convenientemente ahumado. Los planetas aparecen como pequeños discos, y es posible distinguir el hemisferio iluminado del que está en sombras. En cambio, las estrellas están tan lejos que ni los más poderosos telescopios logran aumentar su tamaño, pero las hacen mucho más brillantes, con lo cual se pueden estudiar mucho mejor sus detalles de brillo y de color. Desde el modesto telescopio que empleó por vez primera Galileo, hasta los gigantescos instrumentos de nuestros días, se ha realizado un progreso asombroso. Si antes un solo astrónomo bastaba para mirar por el telescopio, los grandes instrumentos que existen ahora requieren la labor de ejércitos de investigadores.

Hemos dicho también que el espectroscopio es un maravilloso instrumento, de invención más reciente que la del telescopio, que se emplea para descifrar grandes misterios. La luz que proviene de cada elemento químico en estado incandescente tiene características propias, que pueden analizarse con el espectroscopio. Así se puede comprobar en las estrellas la presencia del calcio, del hidrógeno, del carbono, del oxígeno, del helio y de muchos otros elementos químicos, pues la luz que proviene de esas estrellas, después de pasar por el espectroscopio, revela los mismos colores, y en el mismo orden, que proyectan dichos elementos cuando están incandescentes.

En la actualidad, se ha llegado a descubrir que las estrellas emiten no sólo luz y calor, sino hasta ondas eléctricas parecidas a las que se emplean en radio, las que pueden sintonizarse con grandes antenas giratorias de estructura especial.

Además de los instrumentos materiales, están los intelectuales, que son más valiosos que los primeros. Las fórmulas matemáticas y físicas permiten revelar muchas incógnitas. Y leyes como las que rigen la gravitación universal resultan tan fecundas en manos de los investigadores, que gracias a ellas se puede llegar a descubrir astros invisibles, sean planetas o se trate de estrellas.