La Tierra pierde constantemente agua, que se escapa al espacio


Cuanto más grande es el planeta, mayor es su fuerza de atracción y más rápido el movimiento que es capaz de contrarrestar. Pero, cuando las moléculas de agua o de cualquier otro gas se mueven con una velocidad superior, es fácil que se escapen al espacio para no volver. Esto ocurre incesantemente, y es uno de los hechos más importantes relativos a la historia de la Tierra. Sabido es que el agua del océano se evapora sin cesar, bajo la influencia del calor del Sol, y se mezcla con los gases atmosféricos. La mayor parte del agua evaporada es devuelta en forma de lluvia, pero hay cierta cantidad que se pierde para siempre. Es preciso no perderlo de vista, cuando decimos que, a causa de la afinidad entre el hidrógeno y el oxígeno, aumenta la cantidad de agua en un planeta cualquiera; esto podrá ser verdad, pero el planeta no conserva toda el agua formada de este modo.

La superficie de un mundo, como la Tierra, la Luna o Marte, se deseca también de otra manera, o sea por infiltración del agua en su interior. Mientras un planeta se halla en estado líquido, no hay grietas en su superficie; pero al paso que se enfría y se contrae, aparecen arrugas y hendiduras, por las que se pierde el agua, que se desliza hacia el interior.

De ser ciertas estas teorías, deberíamos hallar ejemplos de ellas en la Tierra, en Marte y en la Luna. Cuanto más pequeño es un mundo, más pronto desaparecerán sus mares, ya que es menor la fuerza de gravitación que ejerce sobre el vapor de agua existente en su atmósfera.