¿Cambian constantemente de forma las constelaciones?


Cada vez que miremos el cielo estrellado, debemos pensar que estrellas que parecen muy próximas en una constelación, pueden estar muy distanciadas. En cambio, dos estrellas que están en diferentes constelaciones, y en apariencia muy separadas, pueden hallarse relativamente cerca entre sí, si están a igual distancia de nuestra Tierra.

Las estrellas situadas en una constelación pueden ser totalmente independientes entre sí, y hallarse animadas de movimientos propios, como en realidad lo están en la inmensa mayoría de los casos. De esto resulta que aunque no se note ni en uno ni en cien años, las constelaciones cambian lentamente de forma. Podemos preguntarnos cómo se explica que no veamos que las estrellas se mueven, si, como afirman los astrónomos, tienen tan altas velocidades. Pero debemos volver a considerar aquí el efecto de la distancia. Si vamos en automóvil a la moderada velocidad de treinta kilómetros por hora, los objetos que pasan junto a nosotros lo hacen fugazmente, mientras los más lejanos parecen estar quietos. Es también debido a la distancia que un buque que viaja a la misma velocidad de treinta kilómetros por hora, visto desde la costa parece moverse apenas.

Nadie puede esperar ver cambios en las constelaciones en pocos años; pero en el transcurso de miles de años, muchas estrellas se desplazan en forma apreciable. En la actualidad resulta evidente que una constelación como la Osa Mayor ha cambiado apreciablemente de forma desde la época en que la vieron los hombres de la antigüedad.