Un hecho notable que hace del año un período de tiempo natural


El año es una cosa real, que existe. No es como la semana. Tal vez alguien se figure que la semana es algo real y positivo, porque ve llegar el domingo cada siete días, y lo mismo los demás días del calendario. Pero esto no tiene otro fundamento que el hábito, y bien podría suceder que tuviéramos una semana de tres días o de diez. Bastaría simplemente que todos nos pusiéramos de acuerdo para seguir la nueva costumbre. En cambio, el año, como el día, están basados sobre fenómenos astronómicos que no dependen de nosotros.

No fue una ocurrencia el establecer la cifra de 365 días como duración del año- Este período de tiempo es, precisamente, el que tarda la Tierra en dar una vuelta completa alrededor del Sol, lo cual pudo ser apreciado gracias a cuidadosas observaciones.

Si hacemos girar la esfera que hace las veces de la Tierra en torno de la vela, observaremos que cuando está a un lado, la parte en sombras queda enfrentando una pared de la habitación; y cuando la esfera, dio media vuelta en torno a la vela y se halla así en posición diametralmente opuesta, la parte en sombras da frente a la pared opuesta de la habitación. Lo mismo ocurre con la Tierra, y por eso las estrellas que vemos en plena noche en cierta época, son distintas de las que vemos también en plena noche seis meses más tarde.

Además la Tierra mantiene su eje de rotación inclinado respecto del desplazamiento en torno al Sol, y siempre paralelo a sí mismo. Resulta así que los polos, que son los extremos del eje terrestre, cambian de relación con respecto al Sol, en cada vuelta. Si en un momento dado es el polo Norte el que enfrenta al Sol, el Sur queda en sombras. El polo Norte y toda la semiesfera que lo rodea, reciben entonces los rayos del Sol en forma muy directa, y, por consiguiente, están en verano- En cambio, el polo Sur y una zona que lo rodea, quedan en la misma época en noche continuada; el resto de la semiesfera, que corresponde al polo Sur, recibe los rayos de) Sol en forma muy indirecta, y, por lo tanto, todo el hemisferio Sur está en invierno.

Como la Tierra se desplaza en torno del Sol manteniendo siempre la misma inclinación del eje, al cabo de seis meses se habrá invertido la situación: el hemisferio Norte estará en invierno y el Sur en verano. El cambio se produce paulatinamente, pasándose por las estaciones de transición que son la primavera y el otoño. Son, pues, las estaciones las que nos dan la idea más directa del transcurrir del año.

La duración de éste también puede establecerse por la observación del cielo nocturno. Si observamos las estrellas, por ejemplo, a medianoche, podremos determinar la posición que ocupan en ese instante. En las noches siguientes, también a medianoche, las estrellas aparecerán cada vez más desplazadas hacia el Oeste- Un año es, precisamente, el tiempo que deberá transcurrir para que las estrellas, a medianoche, ocupen la misma posición que tenían al comienzo de nuestra observación.

Como el año tiene 365 días, ello significa que mientras la Tierra da una vuelta completa en torno del Sol, da 365 vueltas alrededor de su eje.

En verdad, no es tan exacto el valor de 365. Al cabo de ese tiempo la Tierra se desplazó algo menos que la vuelta entera. Así, la vuelta completa se cumple en 365 días y un cuarto. Para no desechar ese cuarto de día, los hombres han acordado en tener cada cuatro años uno de 366 días, que recibe el nombre de año bisiesto. En un año bisiesto, el mes de febrero tiene 29 días en lugar de 28

Después de todo esto queda mucho por decir acerca del año; ya nos volveremos a ocupar de él. Pero para no incurrir en los serios errores en que han vivido millones de hombres en el pasado, tengamos muy presentes los siguientes hechos: que la Tierra no es plana, sino redonda como una esfera; que no está en reposo, sino siempre moviéndose. La Tierra gira sobre sí misma, originando de este modo el día y la noche, y dando la ilusión de que es el Sol el que se mueve de Este a Oeste. También la Tierra, al par que gira sobre sí misma, da cada año una vuelta en torno del Sol, y origina las estaciones.