Cómo se decantaron las capas de la Tierra cuando ésta era aún una esfera de líquido incandescente


La densidad de la Tierra, en su conjunto, puede determinarse de manera análoga. Su volumen se conoce por mediciones directas; respecto a la masa, no podemos medirla con una balanza, pero sí por el efecto atractivo que ejerce sobre la Luna. Con esos datos se averigua que la densidad media de la Tierra es igual a 5,5 veces la del agua. Pero resulta que el conjunto de materiales que están en la corteza terrestre poseen densidad menor. ¿Cómo puede explicarse la diferencia? Pues admitiendo que esa menor densidad está compensada por los materiales del interior de la Tierra, que deben poseer una densidad superior- Pero entonces nos preguntamos a qué se debe esa irregular distribución de los materiales.

La más simple experiencia nos demuestra que la madera y el corcho flotan en el agua, y que en cambio el plomo y el hierro se hunden en ella. Si ahora relacionamos las densidades de esos materiales con la densidad del agua, obtenemos la importante conclusión de que en un líquido cualquiera flotan los cuerpos que poseen menos densidad que él, y se hunden los que la tienen mayor. Esto vale para cualquier estado en que se hallen los cuerpos considerados.

Si vertemos en un recipiente agua, aceite y mercurio, veremos que estos ingredientes se disponen en capas, de modo que el mercurio, que es el líquido más denso, ocupa el fondo del recipiente, encima del cual se dispone la capa de agua, sobre la cual flota a su vez la capa de aceite, que es la sustancia menos densa de las tres.

Y ahora sí nos podemos explicar qué sucedió con la Tierra, en los tiempos primitivos. Mientras consistió en una esfera ígnea de gases incandescentes, todos sus componentes estaban mezclados; poco a poco la esfera ígnea se fue enfriando, contrayéndose al mismo tiempo, y en forma paulatina fue pasando al estado líquido. Los materiales más densos, es decir, más pesados en relación al volumen, se separaron del resto y ocuparon la parte central, que fue rodeada de capas cada vez menos densas-

Las capas constituidas por los materiales más livianos ocuparon lógicamente la parte más externa, y se enfriaron más pronto, pasando al estado sólido. Así formaron la corteza terrestre, de baja temperatura, que envuelve las capas más profundas que, aún en nuestros días, están a muy altas temperaturas, porque no han podido desprenderse, a lo largo de millones de años, de todo el calor que tenían en los tiempos primitivos.

Esa separación de los materiales en gran escala no significa que pequeñas cantidades de materiales pesados no hayan quedado incluidos en las capas livianas. Es así como se encuentran cerca de la superficie yacimientos de minerales que contienen una apreciable proporción de hierro.