De qué modo está hecho el planeta en el cual vivimos


Si pudiéramos cortar la Tierra, desprovista de atmósfera, por la mitad con un inmenso cuchillo, veríamos que su interior, como el de una cebolla, está formado por capas concéntricas. La parte externa de la Tierra es gaseosa, y es lo que llamamos atmósfera. Aunque no conocemos exactamente el espesor de este manto aéreo, los científicos suponen que su límite extremo -en el cual los gases se hallarían tan diluidos que, prácticamente, no existirían ya- alcanza una altura hasta los 2.000 kilómetros. El gas nitrógeno, que cerca del suelo ocupa cuatro quintas partes del aire respirable, disminuye hasta el 3 % al llegar a los 150 kilómetros de altura. Del mismo modo el oxígeno decrece del 20 % a menos del 1 % entre esos términos; en cambio el hidrógeno aumenta considerablemente: de 0,01 % a 95 %, y el gas helio, escasísimo en las capas bajas, aparece con 1,31 % en las alturas citadas-La zona atmosférica próxima a la corteza terrestre se denomina troposfera, y en ella se producen los distintos climas, variables según las regiones, por su temperatura, sus vientos y sus nubes.

La hidrosfera, es una capa de agua que cubre las tres cuartas partes de la superficie terrestre, hasta una profundidad media de unos 3.800 metros. La Tierra propiamente dicha está hecha casi enteramente de rocas. Las más profundas depresiones exceden apenas, o por poco, las mayores alturas de su superficie. La fina cobertura que constituye el suelo fértil varía entre pocos centímetros y varios metros de espesor. Las grandes masas de agua que descansan sobre las depresiones forman océanos y mares. Debajo del suelo se halla una cubierta rocosa, sólida hasta los 70 kilómetros de profundidad, que juntamente con el suelo y el agua forma lo que los geólogos denominan la corteza terrestre- La temperatura de la Tierra aumenta progresivamente desde la superficie al centro, y creen los científicos que las rocas bajo la corteza sufren una temperatura tan elevada que las fundiría a no ser por el gran peso de la corteza, que las mantiene rígidas. Probablemente consistan esas rocas en compuestos de hierro y otros metales, mezclados con materiales pétreos, ya que las ondas de los terremotos reaccionan ante esta capa como si fuera de acero, pero más rígida por la enorme presión que soporta. Este manto de rocas densas, caliente, alberga la parte central de la Tierra llamada nife, nombre compuesto de Ni, níquel y Fe, hierro, que sufre una tremenda presión y que creemos compuesta por níquel y hierro, porque los meteoritos -considerados trozos de planetas disgregados- están integrados por agregados moleculares de esos metales.