Los animales gigantescos de los tiempos pasados, cuyos restos yacen ocultos dentro de las rocas


La ciencia que estudia los fósiles, ya lo hemos dicho, es la Paleontología. Esta palabra, por su origen, significa estudio de los seres antiguos, pues está compuesta por las voces griegas palaios, que significa antiguo, ontoa, que significa ser, y loqos, que significa tratado. Son muchas las personas que se dedican al estudio de algunas de las múltiples ramas de la Paleontología. Nosotros nos contentaremos aquí con recopilar los resultados a que ha llegado con los aportes contemporáneos esta ciencia tan interesante.

Tal como lo podemos ver en los museos especializados, la mayor parte de los fósiles animales y vegetales corresponden a seres que guardan cierto parecido con los que actualmente viven sobre la Tierra, aunque difieren en muchos aspectos. Pero existe un gran grupo de fósiles que no tienen representantes en los tiempos modernos; corresponden a una rama extinguida casi en absoluto. Esos fósiles pertenecen a lo que fueron grandes reptiles, de aspecto terrible y fiero, cuyas colosales dimensiones se conocieron en las últimas décadas. Parece ser que, en la evolución rápida de los reptiles, generación tras generación fueron aumentando de tamaño, hasta que llegaron a ser tan desmesuradamente grandes que la vida les resultó imposible. Y como la Naturaleza no pudo desandar camino, esos seres colosales, que empezaron a sufrir su inferioridad de condiciones ante los primeros mamíferos, más pequeños, más ágiles e inteligentes, terminaron por extinguirse. Llegaron a tener esos reptiles gran tamaño, pero sus cerebros eran diminutos, lo que iba en contra de la conveniencia de que la inteligencia debe dominar a la materia. Su exagerado tamaño no los salvó de las consecuencias de su estupidez. ¡Bella lección para los que, descuidando su inteligencia, se consagran de lleno al desarrollo de los músculos y desprecian el cultivo paralelo de la mente!

Esos gigantescos reptiles habitaron la tierra y las agua?;: algunos desarrollaron grandes alas, que los convirtieron en monstruos voladores. El plesiosaurio, el tyranosauro, el pterodáctilo, son ejemplos impresionantes de lo que llegaron a ser estos monstruos. De esos gigantescos reptiles han llegado a nuestros días formas más modestas, como los cocodrilos, lagartos y serpientes. Las aves también tuvieron su origen en los reptiles.

Después de esta incursión por la Geología y la Panteología. concluimos que ni la estructura de los suelos, ni las especies vivientes, son eternas c inmutables. Todo experimenta modificaciones. Sobre la superficie de nuestro planeta nada es permanente; ni las fronteras entre naciones; ni el curso de los caudalosos ríos; ni las altísimas montañas.

La inteligencia humana, con las bellezas y verdades que descubre, es la sola herencia que podemos transmitir a las futuras generaciones, que quizá poblarán un nuevo continente, ahora oculto por las aguas, y navegarán, tal vez, por encima del país que habitamos. Nada es imposible.