Los últimos años de vida del gran pensador chino

Mucho tiempo después, cuando iba a cumplir los setenta años, regresó al reino de Lu, donde había gobernado. Allí le permitieron volver a la corte, no como funcionario público, sino como particular, a quien se consultaba en momentos difíciles. En esa condición pasó los últimos cinco años de su vida escribiendo, aunque ninguno de sus escritos se ha conservado, como ocurrió con otros muchos grandes pensadores de la antigüedad. Tenemos, pues, que dar fe a lo que refirieron sus discípulos respecto de sus enseñanzas. He aquí una traducción del informe chino sobre la muerte de Confucio, que ocurrió después de haber cumplido los setenta y tres años:

«Levantóse temprano, y con las manos cruzadas a la espalda, iba paseándose, seguido de sus discípulos, por delante de la puerta de su casa, a tiempo que decía con voz lacrimosa:
»La gran montaña ha de abatirse; La viga más fuerte se romperá; Y el hombre sabio acabará
marchitándose como una flor.
»Luego entróse en la casa y se sentó cerca de la puerta. Tsze Kung había oído las palabras del maestro y se dijo a sí mismo: "Si la gran montaña ha de abatirse, ¿hacia dónde debo mirar? Si la viga más fuerte ha de romperse, ¿en qué debo apoyarme? Si el hombre sabio ha de marchitarse como una flor, ¿a quién debo imitar? Temo que el maestro esté enfermo".
»Y echó a correr hacia su casa. El maestro, al verle, le dijo: -¿Qué haces aquí tan tarde, Tsze? Anoche soñé que estaba sentado entre las ofrendas otorgadas a los muertos, apoyándome en dos cojines. Se acabaron los reyes discretos, y ¿cuál de las criaturas que viven bajo la inmensa bóveda azul me aceptaría como maestro? Creo que voy a morir.
»Al decir esto, echóse en la cama. Estuvo enfermo durante siete días y al fin murió.»